Formaciones geológicas
La región de La Tatacoa presenta una geomorfología generada por el clima, la litología, la dinámica fluvial y por la estructura geológica (Vargas 2001). La erosión es el efecto más notable en la región, que origina un paisaje que se conoce como “tierras malas”, el cual se caracteriza por la presencia de profundas cárcavas y quebradas formadas principalmente por la erosión producida por ríos y riachuelos, y por la ausencia o el débil desarrollo de la capa de suelo (Villarroel y Rico de Brieva1996). En la región predominan los suelos superficiales, erosionados y con afloramientos rocosos. En algunos sectores, como El Cuzco y el Cardón, predominan cárcavas y grandes surcos laberínticos de arcillas rojizas; en otros lugares, se encuentran afloramientos superficiales de areniscas; y en otros sitios, como el cañón del río Cabrera y la cuchilla del Saltarén sobresalen los afloramientos rocosos en terrenos fuertemente inclinados.
La región ha sufrido un fuerte proceso de sabanización y desertificación debido, por un lado, al cambio climático resultado de su historia geológica, y por otro, al impacto ambiental fruto del uso antrópico dado a través del tiempo.
Estos procesos han dado como resultado un lugar árido y fuertemente afectado
por el fenómeno de la erosión. En consecuencia, la cobertura vegetal ha sufrido una paulatina transformación y actualmente se encuentra representada principalmente por matorrales de porte bajo, rastrojos y pastizales. Sin embargo, a lo largo de las quebradas y en sitios con mayor grado de humedad (comparados con el resto de la región), se encuentran reducidas franjas de bosque con una estructura un poco más compleja, las cuales representan el antiguo bosque seco que ha sido degradado.