La Tatacoa, un lugar que no es justamente un desierto, sino un bosque seco tropical. Una zona muy erosionada cruzada por cañones secos labrados por las riadas violentas que se forman transitoriamente en el invierno. Esta extraordinaria zona desértica y de yacimiento fosilíferos tiene una extensión total de 330 kilómetros cuadrados. Las regiones más destacadas son: las Lajas, el Cuzco, el Cardón, San Nicolás, los Hoyos y la Venta.

En el desierto de la Tatacoa existe bastante erosión y una escasa cobertura vegetal, con lo que se limita la infiltración y almacenamiento del agua lluvia, generando en las quebradas luego de un aguacero un crecimiento torrencial por poco tiempo y reduciéndolo hasta llegar a cero. Las formas naturales se desarrollaron sobre superficies arcillosas, que al ser expuestas a la acción climática, genera expansión y agrietamiento de la arcilla, que posteriormente son arrastradas por las lluvias, generando en el paisaje cárcavas laberínticas de color rojizo con algunas capas grisáceas o pardas que pueden alcanzar hasta 20 metros de profundidad